El pasado 16 de julio, se reunió la comunidad de la Parroquia de Guadalupe en una Celebración Eucarística para dar gracias por el aniversario 176 de la Congregación de los Hijos del Inmaculado Corazón de María, a quienes con cariño llamamos Misioneros Claretianos, esta Celebración fue presidida por el R.P René Pérez Díaz, CMF y concelebrada por el P. Vicente Cancino, CMF. En punto de las 7:00 pm con un poco más de cien feligreses se inició la celebración con el canto de entrada Misionero ideal, el cual describe con tal anhelo las características ideales de los integrantes de la congregación, dejando en claro que se encuentran en búsqueda constante de Dios. Las lecturas fueron adecuadas al momento que vivíamos, am igual los signos misioneros. Durante la homilía el P. Vicente nos recordaba el Carisma Claretiano, el cual siempre es importante tener presente, sobre todo en esta fecha tan esperada: “Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa. Que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todos los hombres en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias; se alegra en los tormentos y dolores que sufre y se gloría en la cruz de Jesucristo. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Cristo en orar, en trabajar, en sufrir, en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de los hombres”. Ante esta descripción tan clara y puntual, agradeció a la comunidad que acompañaron durante este trienio; antes de terminar la celebración el P. René comunicó a los presentes “los cambios trienales”, el recibe el nombramiento como Superior, rector, ecónomo y director de la Residencia Hno Marcelino Gallardo y el Centro de Espiritualidad en la Ciudad de Morelia y el P. Vicente lo releva como Superior y Párroco, el ambiente fraterno se acompañó de la nostalgia del término de una etapa y el comienzo de otra.
Al término de la celebración se nos invitó al patio parroquial para un pequeño brindis por la celebración del aniversario congregacional, “una reunión en familia”, contentos y agradecidos, recordando lo vivido durante este periodo; en el brindis el P. René agradeció el apoyo recibido, el acompañamiento y los momentos vividos en esta comunidad, dando paso a la continuidad con el P. Vicente con quien trabajo durante este periodo, y brindándole todo el apoyo necesario para el inicio del periodo correspondiente, si bien siempre son difíciles las despedidas, en el P. René podemos resaltar ese agradecimiento y continuidad en el trabajo, en palabras del P. Vicente, agradeció la oportunidad de poder trabajar en conjunto por esta comunidad y recibiendo ahora el compromiso que implica ser el nuevo párroco, si bien con mucho trabajo, confiando en Dios para dar continuidad al trabajo realizado.
Como párroco agradecemos al P. René su total entrega, amor y compromiso, dando la estafeta en esta nueva etapa al P. Vicente pidiendo a Dios los acompañe en este nuevo comienzo. San Antonio María Claret siga fortaleciendo su espíritu, y Santa María de Guadalupe sea su guía.